Cubre del color púrpura
mi cáliz entrante...
del vino sangrante,
¡de tu raiz penetrante!
Avellana...
moras...
miel...
¡mil sabores!
Embriagada tu boca de mi ser
Sosegando tu aridez.
Rosados...
dulces...
¡Sedosos como el armiño!.
Despiertos...
gozosos,
¡Soñadores de tus mimos!
Reciben de tus labios...
mágicos,
divinos,
juguetones,
¡traviesos!,
recorren mis senos
!Retozando mi piel¡
vengo a tu morada gracias a nuestro amigo e insigne poeta Fran Picón y sin esperar ser molestia me quedo en ella pues en verdad que son bellas letras las que no regala tu alma dulce de poeta, un besin de esta asturiana admiradora.
ResponderEliminarLos amigos de Fran, son siempre bienvenidos! y por supuesto que estas en tu casa, gracias.
ResponderEliminarCuánta sensualidad Elena. Me encanta!!!!
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias Tomás, me alegro que te guste!
ResponderEliminarPenetración que despierta los sentidos. Eso he palpado al leer tu poema.
ResponderEliminarIñaki, con que sientas eso, que ya es una barbaridad, me anima a continuar escribiendo. Muchas gracias!!!
ResponderEliminarElen.
Bueno, bueno, bueno... Esta Elena es una loba, una mujer de armas tomar. Afortunado el destinatario de los versos.
ResponderEliminarBeso.
Uff... el destinatario no me hace ni caso!!!
ResponderEliminarGracias Javier, y porfa, que no soy una loba, solo... en algunos momentos!! jajaja...
Sí, sí... Cuando el río suena, agua lleva...
ResponderEliminarY suena!!
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