De repente me di cuenta, que mi corazón era de origami.
Se moldeaba de formas distintas dependiendo a quien amase.
Una gaviota blanca sobre el mar, un verano fué, como la corteza de un pino castellano, un noviembre se vistió.
Hubo tiempos que galopaba como caballo desbocado y minutos extremos que se encogió ¡igual que gato acurrucado!.
Vistió galas de ensueño y se sintió como guijarros de arapos arrancados.
Quisieron despojarlo de mi pecho, jugar con trampas y embustes, saltó a mis entrañas y volvió... ¡vomitando angustias!.
Siempre supo vestirse, disfrazarse de amor y penas, siempre supo que era de papel, un papel reciclado de sentimientos, de color púrpura y vibrante, de vidas secretas y quereres a gritos, un papel que se destiñe de amor, un papel que siempre, absolutamente siempre es... ¡sonriente y libre!
Se moldeaba de formas distintas dependiendo a quien amase.
Una gaviota blanca sobre el mar, un verano fué, como la corteza de un pino castellano, un noviembre se vistió.
Hubo tiempos que galopaba como caballo desbocado y minutos extremos que se encogió ¡igual que gato acurrucado!.
Vistió galas de ensueño y se sintió como guijarros de arapos arrancados.
Quisieron despojarlo de mi pecho, jugar con trampas y embustes, saltó a mis entrañas y volvió... ¡vomitando angustias!.
Siempre supo vestirse, disfrazarse de amor y penas, siempre supo que era de papel, un papel reciclado de sentimientos, de color púrpura y vibrante, de vidas secretas y quereres a gritos, un papel que se destiñe de amor, un papel que siempre, absolutamente siempre es... ¡sonriente y libre!
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