
Un lugar donde lo primordial es la libertad, en todas sus expresiones posibles, donde todo el mundo puede opinar claramente y sin tapujos, donde tú eres el protagonista, la persona que entra y comenta, o no comenta, pero que solo por darse una vueltilla por "MISLOLAS", ya merece todo mi respeto. Si alguna de las "cosillas" que hago, te gusta, solo tienes que ponerte en contacto conmigo. Espero que disfrutes y pases un buen rato. Gracias.
domingo, 23 de agosto de 2015
jueves, 13 de agosto de 2015
¡No me llegas... a nada!
No me dijiste nada, solo… un silencio.
Recordé tu tono de voz, (aun lo guardaba), imaginé tus
palabras mirándome a los ojos,
¡Imbécil de mí! Ilusa como un niño con el cuento de Peter
Pan.
Sabía la verdad, toda ella, (¿la que duele eh?), pero…
¡dolía tanto!
Que preferí tus mentiras, tus estrellas fugaces, tus olas de
mar, hasta llegué a elegir tus falsas sonrisas al dolor de la realidad.
Me habían enseñado que “estar” con alguien, significaba la
“felicidad”, que el ir de la mano por la calle, era “ser pareja”, que un pico
escurridizo era “amor”, que un roce en una mano, era “complicidad”, me había
creído lo que esta puta sociedad me dijo.
Pero no, me dí cuenta que no es así, que el amor no se
muestra… se siente,
La complicidad no es
un roce, es un revolcón de mentes.
Que no quiero un pico, ni besos delante de nadie, ¡que
prefiero comerte la boca a escondidas!,
Que dejarme querer,
no es delito, ¡ni tocarme… ni tocarte!
Que disfrutar mi
cuerpo junto a tu piel, es hermoso y sensual, que me pone verte, tu cuerpo
desnudo, tus carnes, tus “lorzas”, tu “imperfección” corporal… ¡que me excitas
coño!, que me muero porque tus dedos me recorran, que entres en mi ser y me
disfrutes, que tu boca no deje pliegue de piel sin saborear, ¡que tu lengua se
pierda y vuelva a recorrerme!
Que sentir tu orgasmo me place más que el mío propio, tu
mirada, mientras te siento dentro de mí… es mi cielo, que sentirme observada y
saber tus pensamientos pícaros y “pornos” es una delicia, que simplemente saber
que soy tu deseo, eso ya… me provoca a no dejarte marchar de mi vera.
¿Pero sabes? Esto ya no lo escribo para ti, tu lo perdiste,
lo dejaste marchar, lo despreciaste, lo ignoraste, ahora es otro, alguien que
si me valora, que me hace sentir mujer, ¡más mujer aun!
Ahora confirmo, lo
que ya sabía, ¡cuanto valgo!.
Y tú… no me llegas.
jueves, 25 de junio de 2015
miércoles, 4 de marzo de 2015
"Cerró los ojos".
Cerró los ojos… Dejó que sus sentidos observasen las gotas de
lluvia, millones de colores, transparencias rasgadas. Abrió la ventana,
sacó las manos y sintió el frío del agua dulce, la suavidad
recorriendo sus doloridas manos, aquellas que tantas caricias
regalaron, las mismas que trabajaron hasta agrietarse, las que tantas
lágrimas cubrieron y tantas sonrisas destaparon.
Continuó
disfrutando en silencio, se dejó empapar la cara, el agua caía
convertida en gotas de esperanza, en sueños por cumplir, en vida
deseada.
Un suave viento le azotó la cara, sintió
frío, aquella bata no abrigaba nada, era septiembre; 19, para ser más
exactos; el mal tiempo ya se hacía sentir, dentro de poco el abrigo y
la bufanda volverían a formar parte de la rutina diaria. Cerró la
ventana, miró la habitación, la observó entera, paredes, suelo, camas,
luces. No podía comprender el porqué de verse allí, en esa soledad que
ella misma había aceptado, sin saber si sería capaz de enfrentarse al
miedo que la ahogaba, el mismo que le gritaba por dentro que quería
seguir soñando, continuar el camino sellado, su camino, el que tanto le
había costado marcar, por el que había luchado y creado su familia, su
hogar, su vida. ¡NO!, no podía permitir que aquella “sombra oscura”
pudiera con ella, lucharía sin parar. Luchaba… siempre luchaba.
Las
horas pasaban, el sueño no quiso acudir a la cita, vaya… un plantón
poco conveniente en esas circunstancias, quizás… hizo bien en no venir,
tuvo tiempo para recordar secuencias de su vida, muchas, momentos que
jamás olvidaría, sonrisas que se clavaban en su alma al ladito de las
lágrimas, pero sabiendo cada una, cuál era su lugar, sin empujones y con
respeto.
Las luces de la ciudad comenzaban a velarse
con la luz de la mañana; pequeños rayos de sol esquivando las nubes,
diminutos arcoíris que se formaban sin darse cuenta ni de su propia
existencia, ¡ay, hermosa naturaleza! ¡Divina esperanza de luz!.
Dejó
que la ducha fuese un pequeño recreo, desconectó de la habitación, del
olor tan especial que sentía hasta los huesos y que tan poco le
gustaba. Se enjabonó con el gel que le dieron; no olía muy bien, pero
las normas son así, se ponen para ser cumplidas, no para cuestionarlas,
así que decidió que ese ratito no se lo estropearía un jabón para el
cuerpo, esos minutos eran suyos, íntimos, los más íntimos que jamás
pensó vivir… ¿Dolorosos? ¡No sabía cuánto! La toalla tampoco era la
suya, blanca, seria, sencilla, se cubrió el cuerpo con ella, se secó
suavemente, mimándose, con un pequeño temblor en las manos, en todo el
cuerpo, en el alma… Tenía miedo, cada vez más. Se quedó desnuda frente a
un espejo ya viejo, pero que todavía hacía su función. Se observó,
recorrió cada centímetro de su piel con su mirada, sabiendo que era la
última vez que se vería así, “completa”. ¡Cada vez tenía más miedo! Sus
manos recorrían su cara, su abdomen, su sexo; se abrazó, se sintió. Un
grito ahogado murió en su garganta, ¡no podía! Era superior a ella, le
dolía el alma, la tenía herida, más que su cuerpo; no pudo tocarse…
sus manos se paralizaron, no pudo.
Llegó la hora:
“Cuente hasta diez”, escuchó. “Mejor me cuento un cuento”, pensó,
mientras sus ojos se cerraban al designio de unas manos en un
quirófano.
miércoles, 18 de febrero de 2015
AME...
... y sigue observandola, recorre sus pliegues de piel con la mirada, la acaricia con palabras susurradas, sorteando sus lunares y pecas.
Se sonríe al recordar sus muecas, expresiones que le encandilan, se recuerda a si mismo ¡cuanto la quiere!, y la sigue mirando con dulzura.
Ella duerme ignorante de sus ojos, alejada de ese momento, esos minutos que jamás conocerá, pero que su piel e inconsciencia sentirán.
Le escribe una nota, un "buenos dias", dos palabras llenas de querer, le prepara un desayuno, una flor y un café, la despierta con una sonrisa y un "te quiero" en su boca, y ella... comienza su sueño.
jueves, 22 de enero de 2015
MI PUTA.
Allí estaba, otra noche, otro café solo, la misma sonrisa
enmascarada, los mismos ojos huidizos y agotados.
Así era, rostro redondo a juego con sus caderas, boca
chiquita como su secreto, ojos grandes como sus pechos, palabras escuetas como
sus besos.
Años, inciertos años los suyos, tanto como sus pensamientos,
arrugadas sus huellas, como sus sueños alejados.
Su mano… suave, pequeña, tímida y olvidad entre cuerpos
extraños, ¡ay sus manos…!
A expensas de otros, de carteras para vivir, de sábanas que
apuñalan, de gritos que amargan… de años sin tiempo.
Es mi puta, ella, la mujer que deseo, la única… y no la
tengo… y no lo sabe.
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